El Hombre Percha-Malestar de un Hominido

martes, 19 de noviembre de 2013

Los Picos de tu Cuenca Minera-La Novela de El Hombre Percha-Capítulo 42

TODOS LOS MIÉRCOLES UN NUEVO CAPITULO - PARTE 42- 
Volvió a sonar el despertador,como todas las mañanas.Me costaba separarme de las sábanas,las amantes de mi pijama,aunque envueltas en ellas había otra amante,esta vez de carne y hueso.
Me levante y cerré bien el cerco de la cama con las mantas para que no le entrase ninguna fisura de aire.Y cuando desayuné y metí en el mono a la espera de un nuevo día le di un beso en la frente y le dije:
-Qué tengas buenos días Sandra
-Zzzz...igualmente
Y oye que vas al trabajo de otra forma sabiendo que alguien espera en casa.Ves la vida de otro color,las calles te parecen distintas,quizás sea porque tienes un exceso de oxitocina en la sangre,o simplemente porque alguien te hizo sentir importante en un momento.Sea como fuere tenía puesta las pilas,marchamos a Mieres y allí Olayo me encargo descargar los carros que venían cargados del carbón que picaba Nerio.
Acabé destrozado de la jornada,y cuando por fin llegué a casa,me hice unos garbanzos,un par de filetes y me pegué una ducha.Y poco después según veía yo la televisión,abrió la puerta Sandra,que en cuanto dejó las cosas en su habitación y se cambió de mudas se tiro encima mio y me mando otra vez para el cuarto...
Y cuando acabamos me dijo:
-Oye,tu y yo no somos novios.
-Supongo que no
-No,ya te lo digo yo.Somos amigos
-Somos amigos que luchamos en la cama para matarnos de placer el uno al otro(Sonreí)
-Si,algo así
-Si,lo hacemos por amor al arte...
-No,pero te lo comento para que no haya malos entendidos.Estoy a gusta contigo,pero si me enamoro de un chico,pues...
-No te preocupes,lo entiendo y te agradezco que me lo hayas aclarado porque de esta forma no vienen desengaños,ni por tu parte ni por la mía.
Me beso los labio y se hecho en mi regazo.
Y así se fue pasando la semana,hasta que Sandra cogió sus maletas,un sábado al atardecer,después de trabajar y se marcho en coche para Avilés,"para parar un poco por casa"-me dijo.
Y otra vez me quedaba solo frente a la puerta de de mi hogar.Entré pensando que haría esa tarde mientras me dejaba caer en el sofá,con el brasero encendido,la manta por encima y viendo la televisión.Quedaba por ahí alguna que otra sidrina,pero estaba demasiado a gusto para levantarme,pensé-O cambio ya este mundo,o salgo de él.Calentaba más el brasero que mi pobre corazón y así tirando los pensamientos que salían de mi cabeza en parapente,me fui quedando dormido.
Serían las ocho de la tarde cuando decidí levantarme para no echar el día a perder y poder dormir en condiciones por la noche cuando decidí cambiarme y dar una vuelta por la plaza del Paraguas a tomar algún refresco o algún batido.
Paré en uno de los bares,me adjudique una silla que estaba frente a la barra y en una esquina me quede tomándome un mosto.
El bar estaba a la mitad de aforo,pero para mi es como si estuviera vacío,no tenía ninguna amistad dentro, o como las llamaba "esas ramificaciones de tu persona esparcidas por el jardín de tu vida  "
Mi jardín estaba podado,pensé mientras sonreía.Y ahí me quedé.Destripando los pensamientos y las palabras que salían de mi cabeza hasta apurar el último trago.Me dí una vuelta por San Francisco con mi pellejo envuelto en el abrigo,hasta que anocheció por completo y decidí volver a casa,pues mañana me levantaría temprano y daría una vuelta por el mercadillo del Fontán.
Y calentando un poco de sopa en un cuenco me despedí del día,con el aura de mi alma parpadeando como la vieja bombilla de mi casco.Y es que la sociedad esculpe al humano como el artista a la piedra.
Se hizo de día y fui donde Mari a desayunar unos sobaos y a darle los buenos días y luego pasar por el banco a sacar algo de dinero para el mercadillo.Cuando llegué al Fontán,me puse a dar vueltas entre varios puestos.Había ropa,discos,juguetes viejos,viejas colecciones.Paré en uno de los puestos donde había una pila entera de discos de vinilo y le pregunté al vendedor.
-Hola,venden por aquí algún bajo eléctrico,en algún puesto¿Sabe si pueden vender instrumentos?
-Si,home,yo vendo instrumentos,pero están en la furgoneta.-¡Mar,tráeme para acá el bajo y el amplificador pá este guaje!
Al rato vino la vendedora con un instrumento que tenía cuatro cuerdas,una de ellas bastante oxidada y digo instrumento porque al principio me costo el reconocerlo.Enchufó en una esquina el altavoz desgastado y se lo dio al vendedor.Empezó a afinarlo,cuerda por cuerda.
-¿Tienes afinador?
-No
-Pues,mira te voy a enseñar una manera fácil de afinar,tocando el quinto traste tiene que sonar igual que la cuerda de abajo
-No se que es un traste,supongo que serán las casillas esas.
-Eso es(Sonrió el hombre)Pero bueno,que si te ves muy apurado,me lo traes cuando sea,que yo estoy aquí todos los domingos y te lo afino sin problema.
-Vale.
Comenzó a tocarlo,sonaba potente y hacía ruido,no sonaba demasiado limpio pero tampoco me importa yo solamente quería un cacho de tabla al que aporrear en mis horas libres.
-¿Y cuanto vale?
-En total,mira...te lo dejo con el ampli por 20.000 pesetas
-Pueden ser 18.000,porque esta un poco cascado el altavoz.
-Venga...dame los 18.000 chaval
Me envolvió el bajo en una especie de bolsa de basura y con ello y el ampli a cuestas marché para casa,como un niño con zapatos nuevos,pensando en la cantidad de ruido que iba a poder meter con un cacharro de ese calibre.Lo aparque en una esquina de mi habitación y después de comer lo que me quedo del cocido de ayer,más por ansia que por otra cosa,enchufe el bafle y empecé a toquetear los botones y así me quede toda la tarde embobado perdiendo mis manos entre esas cuerdas tan gruesas que empezaban a encallarme los dedos,hasta que encontré un par de notas que sonaban bien.Las memorice y las repetí una y otra vez,pensé-Veras tu cuando venga la Sandra de Avilés...
Y así me tiré hasta que oí las llaves abrir la puerta de la casa.Me quedé totalmente en silencio
-¿Luis?¿Estas en casa?Ya estoy por aquí
Entre abrió la puerta de mi habitación y me puse a tocar lo más fuerte que podía lo que había aprendido esa tarde.
Enseguida despego una sonrisa de su cara y me dijo.
-¡Vas a hacerlo al final!¡Buscaras un grupo para tocar!¡Qué bien!
Y una vez,acabe la ruidosa exhibición,cogió el bajo y lo puso en un rincón junto al amplificador y se hecho conmigo en la cama,y así según iba anocheciendo pasamos la tarde del domingo.

Texto:El Hombre Percha

PRÓXIMO MIÉRCOLES -CAPÍTULO 43-

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